Testigo excepcional de uno de los períodos cruciales de la historia -el paso de la Edad Media a la Modernidad-, Francesco Petrarca (1304-1347) nos dejó en su Cancionero la historia de un proceso amoroso que imprimió a su vida una tensión lírica jamás igualada. Aprovechando las conquistas formales de Dante y de los estilnovistas, lograr Micer Francesco superar los convencionalismos que hasta entonces tamizaban la confesión biográfica y nos muestra la pasión por una mujer que representa la primera imagen femenina del mundo moderno: Laura.Una gran parte de la lírica amorosa universal está en deuda con este libro cimero cuyos sonetos y canciones ha traducido en admirables versos castellanos Ángel Crespo. Su doble condición de profesor y poeta le ha pemitido desentrañar aquí con rigor de filólogo el pensamiento de Petrarca y transmitir a la par la ardorosa vibración de su espíritu.
Francesco Petrarca (1304-1347) nos dejó en su Cancionero la historia de un proceso amoroso que imprimió a su vida una tensión lírica jamás igualada. Una gran parte de la lírica amorosa universal está en deuda con este libro cimero cuyos sonetos y canciones ha traducido en admirables versos castellanos Ángel Crespo.