Portada Las cuentas de la felicidad

Las cuentas de la felicidad

Hay vida durante el cáncer

Sinopsis de Las cuentas de la felicidad

Sandra Ibarra tenía una cosa muy clara cuando conoció el diagnóstico de su médico: quería ser la protagonista de su vida aunque tuviera cáncer. ¿Por qué siempre que nos ocurre algo negativo lo tomamos como un «paréntesis» en nuestra vida?, se pregunta la autora, después de superar dos veces el cáncer y aprender a vivir con él. Porque asegura que, cuando a uno le dicen que tiene cáncer y logra superar ese primer impacto, lo que le entra son ganas de vivir y mucha prisa por hacerlo. Parece una contradicción, pero Sandra asegura que «cuanto más enfermo estás más vivo te sientes». El dolor no se va, pero se puede esconder entre el ruido de las voces amigas o bajo la luz de una noche de estrellas. Es el sino de los pacientes de cáncer esperar y mirar siempre resultados; su ánimo se mueve en función de ellos porque ese papel lleno de signos y datos es el informe de su vida, de cómo están, de lo que pueden esperar y de su presente y su futuro. Pero mientras llegan esos datos vitales, hay que vivir, utilizar los recursos, reírse de uno mismo y de la enfermedad, en la medida de lo posible. Enferma el cuerpo, pero el paciente no debe dejar que lo hagan ni la mente ni el espíritu. Será fundamental para la curación.

Ficha Técnica

Temáticas
Publicación1 jun 2012
ColecciónPlaneta
PresentaciónRústica con solapas
Formato15 x 23 cm
EditorialEditorial Planeta
ISBN978-84-08-00647-3
Páginas360
Código0010008226

Sobre la autora de Las cuentas de la felicidad

Sandra Ibarra

Sandra Ibarra es un referente incuestionable en la solidaridad frente al cáncer en España y parte de América Latina, donde actúa, además,como embajadora de Mensajeros de la Paz. Sus más de quince años de activismo le han valido un reconocimiento público que acaso haya tenido hasta ahora su máximo exponente en las palabras pronunciadas por el Príncipe Don Felipe de Borbón en la Universidad de Deusto en septiembre de 2007, al referirse a su «generosa, incansable y encomiable labor como persona querida y conocida de todos, que ha sabido transmitir un mensaje cargado de esperanza a miles de personas que viven de cerca el cáncer».

El cáncer truncó su carrera en dos momentos clave de su vida. El 10 de marzo de 1995, con veinte años, le diagnosticaron una leucemia linfoblástica aguda. Después de un duro tratamiento, y graciasa la compatibilidad genética de su hermano César, recibió el primer trasplante de médula el 1 dediciembre de 1995, tras el que regresó a su trabajo como modelo y a sus estudios de Ciencias de laInformación en la Universidad Complutense deMadrid. Durante un tiempo pudo compatibilizarambas actividades con la participación en acciones y campañas de la Asociación Española Contra el Cáncer por toda España, y empezó a ser vistacomo un referente para quienes lo padecen. Parecía que su vida empezaba a reorganizarse, pero el 11 de septiembre de 2002 descubrió que tenía que enfrentarse otra vez a la leucemia. El golpe fue duro, pero no se dejó vencer.

El cáncer impidió que desarrollara su vocación de modelo y comunicadora, pero como activistaha sabido aprovechar las herramientas de ambas profesiones para hacer llegar su mensaje: «Al cáncer se le gana si tomamos conciencia. Porque siendo conscientes seremos solidarios sin tener que esperar a que nos suceda a nosotros para entender que el cáncer es un problema de todos.»

Retrato de  Sandra Ibarra

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