El deseo de mejorar la imagen es un deseo innato en el ser humano de ser mejor aceptado. No obstante, se tiende a juzgar con cierta superficialidad (normalmente a causa de una grave falta de información) a la persona que decide someterse a un tratamiento quirúrgico estético. La decisión de someterse a una intervención de cirugía estética es personal: nariz, párpados, cuello, orejas, pechos, abdomen, brazos, muslos, caderas, glúteos, ... todo es posible.