Prisciliano de Compostela

El autor emprende un viaje de peregrinación en motocideta por tierras francesas y españolas, desde París a Compostela, para conocer la verdadera historia de la vida, trayectoria y muerte de Prisciliano, obispo español del siglo Iv, así como la de sus seguidores. Durante el viaje conoce a diversas personas que, con sus relatos, le van marcando la siguiente etapa del camino. En realidad, se trata de dos historias paralelas, la de la vida del obispo mártir y la de la trayectoria personal del autor, en las que no faltan la intriga respecto de la suerte de los personajes y una acertada descripción de los tipos y lugares que van apareciendo a lo largo del relato.

Prisciliano de Compostela no es ni un libro de viajes al uso ni una obra del género detectivesco, pero logra intriga al lector desde sus primeras páginas. Un viaje que es rito, iniciación, un regreso a los orígenes, envuelto espléndidamente en fino humor e ironía. Ramón Chao sumerge al lector en el mundo de la Iglesia de los primeros siglos de la era cristiana. Un mundo plagado de intrigas, intolerancia y rencillas personales. No es casual que el autor se declare admirador de /lvaro Cunqueiro y de Gonzalo Torrente Ballester en la obra: la presencia de ambos es evidente y su importancia máxima en el llamado «realismo mágico gallego». Texto de un gran poder visualizador, la narración participa de la atmósfera de las obras de Luis Buñuel, tanto en la descripción de los tipos como en la construcción de las situaciones.