«Cuando las palabras pierden su significado, la gente pierde su libertad.», Confucio
Esta lectura está basada en el poder de las palabras, de los pensamientos y de las acciones en coherencia. ¿Existe un poder mayor que el de una persona alineada en todas estas manifestaciones de la vida? En estas páginas descubrirás significados, etimologías y revelaciones propias de las palabras más significativas para el momento que vivimos: desafío, crisis, magia, descubrir, arte, honestidad, revelación, conciencia… Y es que las palabras, una vez que conocemos su significado verdadero, sirven para abrir puertas que probablemente se cerraron a golpe de grito, amenaza o castigo durante la infancia, y que están ahí intactas para volver a ellas cuando llega el momento. Unas puertas que nos llevan a descubrir el poder que nace de la confianza innata que llevamos dentro y con el que podemos conectar a voluntad. «Abracadabra», una palabra de origen incierto que desde la Antigüedad se ha relacionado con la magia de la creación, significa «creo mientras hablo». La propuesta de Eva Sandoval es volver a jugar con la magia de las palabras para así regresar a ese espacio original e inocente en el que sabíamos que todo era posible y todo estaba por descubrir.
En este libro de Eva Sandoval, maestra espiritual y mentora de trayectoria consolidada (20.000 ejemplares vendidos de su obra), descubriremos el poder creador de la palabra en su sentido más amplio y espiritual.
Existen distintas hipótesis sobre el origen de «abracadabra», una palabra misteriosa y con una energía muy relacionada con la magia desde la antigüedad. El primer registro de ella se encuentra en el Liber Medicinalis, un libro del siglo III creado por Serenus Sammonicus, médico del emperador romano Caracalla y poseedor de la mejor biblioteca del momento. Sammonicus prescribió un amuleto que contenía la palabra escrita en forma de triángulo, ya que se le suponían poderes curativos.
Si entendemos la vida como una creación propia (el sueño de la existencia del que hablan distintas tradiciones espirituales) debemos empezar a prestar atención a las palabras que usamos, las que nos decimos, y las que decimos a los demás, pues con ellas construimos la realidad que percibimos.