Falta de concentración o por qué ya no consigues leer un libro como antes

Querido lector, hoy queremos preguntarte una cosa: ¿cuánto rato puedes leer sin sucumbir a la tentación de mirar al móvil o sin que nada ni nadie te distraiga? ¿Eres capaz de dedicar media hora o una hora seguida a la lectura o a la realización de cualquier otra actividad?

Realmente, mantener la atención durante un largo rato se ha convertido en un auténtico reto. De hecho, estudios recientes aseguran que los adolescentes solo pueden concentrarse en una tarea durante sesenta y cinco segundos -¡sesenta y cinco segundos!-. Para los adultos, la cosa no parece mucho mejor, pues apenas aguantamos tres minutos.

Está claro, entonces, que nuestra capacidad de atención se encuentra en crisis. ¿Por qué ocurre esto? ¿Quién nos está robando nuestra capacidad de concentración? Y lo más importante, ¿podemos hacer algo para recuperarla? A todas estas preguntas trata de respondernos el escritor y divulgador Johann Hari en este interesante ensayo titulado El valor de la atención.

Motivado por la experiencia de su ahijado adolescente, quien consumía compulsivamente contenido digital, Johann Hari decidió investigar y escribir sobre el problema de la falta de atención. Seguramente todos habéis pensado que la culpa es de los teléfonos móviles, que nos mantienen enganchados a la pantalla y nos distraen de todo lo demás. Pero Hari descubrió que la crisis de atención no está solo causada por los móviles, sino que hay múltiples factores que contribuyen a ella, como la cultura laboral, la distribución de oficinas, la alimentación y la contaminación del aire.

El autor se ha basado en una serie de entrevistas con expertos y su propia investigación para definir este fenómeno que nos afecta prácticamente a todos. Según los expertos consultados por Hari, la capacidad de atención del ser humano ha estado empeorando desde finales del siglo XIX, y esta tendencia se ha acelerado, cómo no, en la era digital.

Y lo peor no es que esta crisis de atención nos impida leer durante una hora sin distracciones. El problema es que está generando problemas tanto a nivel individual y como en el conjunto de la sociedad. Así, por ejemplo, los expertos advierten que la falta de concentración puede llevar a una atracción hacia soluciones autoritarias y simplistas.

Aunque las tecnologías digitales juegan un papel importante en este problema, Hari enfatiza que es necesario replantearse nuestra forma de vida en general para abordar adecuadamente la crisis de atención.

En concreto, en este ensayo el autor desglosa, uno por uno, los doce factores que han generado esta crisis. Desde nuestra incapacidad para dejar fluir la mente hasta la contaminación en las ciudades, Hari nos indica también que la velocidad y aceleración de nuestro ritmo de vida, el agotamiento físico y mental, la falta de sueño o el no disponer de ocasiones en las que dejar divagar la mente son algunas de estas causas.

Veamos con más detalle algunas de las razones detrás de esta falta de concentración y las soluciones propuestas por Hari en el libro El valor de la atención:

La manipulación de las grandes tecnológicas

Una de las grandes amenazas contra nuestra atención procede, precisamente, de poderosas empresas tecnológicas como Facebook o Google que nos están robando nuestra capacidad de enfocarnos. Explica el autor de este ensayo que existe una intención de generar distracción y sacar provecho de ella, mediante un diseño específico de las aplicaciones y sitios web de los dispositivos móviles.

Las continuas distracciones y la manipulación online generan un efecto en cadena que afecta la comprensión de la realidad y dificulta la resolución de desafíos colectivos. En este sentido, los contenidos que podemos consumir en plataformas como YouTube influyen en la radicalización de personas y el apoyo a líderes políticos.

Por eso es importante poner algunos límites a las redes sociales. Por ejemplo, usando aplicaciones para regular su uso o desconectando de ellas durante largas temporadas. De hecho, Hari lo probó en su propia piel: marchó tres meses a un pueblo alejado de las grandes ciudades y con cero contacto con los redes sociales.

Leer libros para favorecer la concentración

Uno de los fenómenos que nos han llevado a perder capacidad de concentración es, precisamente, el derrumbe de la lectura sostenida. Según nos explica Hari, la lectura de libros proporciona una profunda concentración y ha sido fundamental para el progreso del pensamiento humano en los últimos siglos.

Sin embargo, hoy no dedicamos el mismo tiempo ni atención a la lectura. Existen evidencias científicas que demuestran que la comprensión y retención de información es más baja si leemos en pantallas en comparación con los libros impresos.

La brecha en la comprensión entre libros y pantallas es significativa, especialmente en el caso de los estudiantes de primaria, por lo que regresar a la lectura de libros es algo realmente fundamental. Además, los libros son una herramienta perfecta para cuidar nuestra salud mental. Y nosotros añadiríamos, si nos permitís, ¡que además es algo muy placentero! ;)

Concienciación, tomar medidas y recuperar la atención plena

Pero no todo está perdido. El autor también nos proporciona algunas herramientas para poder darnos cuenta de la situación, defendernos y recuperar nuestra capacidad de vivir con atención plena. Entre ellas, nos sugiere que reduzcamos la frecuencia de notificaciones y actualizaciones en las redes sociales y que desconectemos de las redes sociales durante largos periodos de tiempo para favorecer la concentración y evitar interrupciones constantes.

Mejorar la dieta, descansar más -dormir al menos ocho horas-, evitar al máximo el estrés, pasar más tiempo realizando actividades al aire libre son solo algunas acciones a nuestro alcance para recuperar la atención.

No hace falta que os digamos que leer el libro de Johann Hari puede ser un buen primer paso para hacernos más conscientes del problema y empezar a ponerle remedio a la falta de concentración. Para ello, os recomendamos que apaguéis el móvil un rato, os acomodéis en vuestro sillón favorito -o en un banco en el parque- y dediquéis un buen rato a la lectura de este ensayo. 

Así que ya sabéis la propuesta que viene a continuación: ¿Leemos? ;)