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Ricard Solé   
Todas las muertes
El final de la vida:
de los océanos a
los robots

Una aproximación a la 'extinción' crítica, abierta y científica que abarca desde la muerte térmica del universo y los sistemas inanimados hasta la de las ciudades, civilizaciones, robots o  lenguas, pasando por la de nuestro propio cuerpo y mente

No hay una sola definición de la muerte, ni una sola interpretación, aunque sí un hilo conductor basado en nuestra compresión científica de la realidad mortal. Podría decirse que no hay una, sino muchas muertes. El físico, biólogo e investigador ICREA Ricard Solé nos plantea una aproximación a algunas de estas extinciones: desde la muerte térmica del universo y de los sistemas inanimados hasta la de las ciudades y civilizaciones, los océanos o los robots, pasando por la de nuestro propio cuerpo y mente. Porque, escribir y reflexionar acerca del fin de la vida nos permite comprender mejor la naturaleza de ese principio básico e inevitable, que ha dado forma a nuestra cultura y moldeado nuestros miedos desde que surgió la conciencia y nuestra capacidad de imaginar el futuro.

Recogiendo el legado de quienes, desde la literatura, el cine, el teatro, la filosofía o la ciencia han escrito sobre el óbito, Todas las muertes se sirve de una mirada científica, crítica y abierta para replantearse los diversos escenarios en los que podemos hablar de la muerte en términos rigurosos. Esta exploración permite ofrecer algunas respuestas y nuevas aportaciones sobre preguntas esenciales sobre la existencia de la inmortalidad, sobre la posibilidad de esquivar el deceso, sobre cómo surge y evoluciona la idea de una vida humana finita, sobre si una máquina consciente puede ser eterna o sobre si podemos manipular las reglas celulares para evitar nuestro fallecimiento.

«Podremos modificar o incluso reemplazar todo lo necesario para potenciar nuestros sentidos y nuestras capacidades intelectuales, o para detener el propio proceso de enveje-cimiento. La cuestión no es tanto si podremos adaptarnos a los límites impuestos por la biología, sino cómo podremos superarlos de forma definitiva.»

FRAGMENTO DEL LIBRO
 

RICARD SOLÉ. Es físico y biólogo. Es profesor investigador ICREA en la Universidad Pompeu Fabra y profesor externo en el Instituto de Santa Fe (EEUU). Su trabajo ha sido distinguido con los premios Ciutat de Barcelona y La Vanguardia de la Ciencia. Medios tan prestigiosos como The New York TimesNature o Science se han hecho eco de sus investigaciones. Es autor de Redes complejas y Vidas sintéticas.

«Cada uno de nosotros, ya seamos copias o no, experimentamos una conciencia subjetiva e irreemplazable. Nuestra eliminación no es inocua, aunque exista una copia que nadie podrá distinguir del humano empleado originalmente para crearla. El motivo es simple: cada copia del hardware (el cerebro físico) da lugar a una experiencia consciente subjetiva. Y aunque no lo parezca, la situación es equivalente para el individuo que es congelado y reanimado en un futuro lejano. La actividad de su cerebro se ha detenido por completo. […] Si ahora despertáramos al cuerpo portador de este cerebro idéntico, veríamos volver a la vida a la mente original que lo poseía.»

«Un declive como este recordaba más bien a algo que ocurre en los organismos complejos, en los que pueden darse eventos de muerte celular de forma coordinada y predecible. En estos organismos complejos (y eso nos incluye a nosotros) se conocía ya el fenómeno de la apoptosis o “muerte celular programada” (MCP). […] Si consideramos el proceso de desarrollo de un mamífero, podemos ver con claridad que se produce la muerte de grupos celulares a medida que se esculpe el embrión. La mano humana es un buen ejemplo: en cierto momento temprano del desarrollo, no observaremos dedos definidos, que solo aparecerán más tarde unidos mediante una membrana. Estas uniones (que confieren a la mano el aspecto de una pata de ave) acaban desapareciendo debido a la apoptosis. »

«¿Están vivos los autómatas mecánicos? No. ¿Podemos hablar de la muerte de las máquinas? Sí. Pero ambas respuestas están lejos de ser simples. Si partimos de nuestra anterior definición de “vida” como un proceso, parece claro que los artefactos no poseen ninguna de las propiedades clave de los sistemas vivos. Pero existen similitudes profundas e inesperadas. La primera tiene que ver con la longevidad. Cuando estudiamos la probabilidad de que una máquina deje de funcionar para siempre, nos encontramos con que las llamadas curvas de supervivencia son muy parecidas en dispositivos y en humanos.»

Colección | Drakontos
Número de páginas | 192 

Ciencia |
Filosofía

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