Tenía muchas ganas de leer una novela como "Brooklyn brujas". En él se presenta un tipo de brujería derivada de las tradiciones de América Latina, tal y como la autora explica al final, distinguiendo los elementos que ella ha creado de aquellas costumbres que los inspiraron. El mundo de migrantes que se van haciendo camino en una tierra difícil, realizando pequeñas conquistas, resulta muy verosímil. En cierto modo, la magia es una metáfora de la voluntad de mantener las costumbres de los ancestros, de no perder el idioma ni la cultura. Es una magia de gratitud y de arraigo.
Me encantan los libros en los que la magia está descrita a partir de su vivencia cotidiana, mezclada con la realidad, y a partir de esos ingredientes que pueden encontrarse en una cocina (mezclados con otros que quizá no deberían estar en esa cocina). Algunos hechizos e ingredientes están descritos con detalle, algo que se siempre es de agradecer en fantasía, y él estilo literario visual y sensorial es un gran aliciente a la hora de dar forma al mundo sobrenatural.
En esta primera entrega de Brooklyn Brujas se nos presenta a Alex, miembro de una familia con tradición de brujería, que tiene sentimientos encontrados respecto a lo excepcional y excéntrica que es esta. Por una parte está el mundo "real", el de los estudios y la amistad con su querida Rishi, donde todo es sencillo, y por otro, el de las ceremonias y secretos de la comunidad de brujos y curanderos. Y ella siente que tiene que decidir entre ambos.
Se acerca el día de la ceremonia, de la gran fiesta en la que Alex debe consagrarse definitivamente a la comunidad, el "día de la muerte". Es la última de sus hermanas en aceptar sus dones, ya que Lula, la mayor, ya se ha convertido en sanadora, e incluso Rose, la pequeña, tiene el don de la Visión.
Rose adora a su familia, pero se pregunta cómo es posible que la magia no pueda hacer que su madre tenga que trabajar menos horas, ya que siempre la ve agotada, o que los problemas de dinero no se solucionen. Y por eso piensa que, en cierto modo, los poderes pueden ser una carga más que una bendición. Esta vivencia contradictoria se expresará en los eventos con los que da inicio la novela. Es muy interesante cómo el estado psicológico de la protagonista va configurando el tipo de magia que hace aparición como respuesta.
Las relaciones familiares, uno de los puntos centrales, están tratadas de manera muy realista. Los conflictos entre hermanas, las rencillas entre parientes lejanos, y la sensación de que a pesar de las dificultades cotidianas hay algo que trabaja para que la familia siga unida, una especie de pegamento emocional que une a los que ya se fueron con los que siguen con vida. Las tradiciones y normas familiares, que a las adolescentes a veces pueden parecerles anticuadas y arbitrarias, en realidad tienen una razón de ser.
No es el único dilema al que estará sometida Alex. Otro de los aspectos que me han gustado mucho del libro es el triángulo amoroso que se presenta. La descripción de las sensaciones y emociones de la protagonista va evolucionando al mismo tiempo que su conciencia respecto a la magia y a la familia. Alex realiza un viaje iniciático completo desde un estado de confusión, miedo e ira hasta una auténtica conquista de sí misma.
La primera parte de la novela me ha recordado el sabor de las obras de Alice Hoffman y sus sagas de mujeres con poderes mágicos. Pero a continuación Zoraida Córdoba va más allá, creando un universo en el que cobra forma física está magia de vida y de muerte. La manera de abordar este aspecto me ha sugerido resonancias con Charles de Lint.
Con un ritmo muy bien medido, una escritura sensorial que sumerge en las escenas, un worldbuilding excelente y un par de giros de los que pillan por sorpresa, esta novela ha sido todo un descubrimiento y da ganas seguir descubriendo el mundo de Alex.
Reseña de Sofía Rhei.

Brooklyn Brujas nº 01/03 Labyrinth Lost
Primera entrega de la trilogía Brooklyn Brujas de Zoraida Córdova.