na temática que puede parecer escabrosa, a primera vista, pero que nos introduce a la perfección en el sórdido mundo del crimen y las conspiraciones, gracias a los inteligentes guiones de Layman y a los lápices de Guillory, un joven autor que ha alcanzado la fama gracias a este trabajo y que se confiesa aficionado a CSI Miami.
Y es que Chew mezcla, con maestría, el ambiente sórdido y claustrofóbico de la novela negra, la sátira política y un sentido del humor exagerado y absurdo que nos hace soltar más de una carcajada. Una historia que nos atrapa desde la primera página y que nos lleva a devorarla sin tregua hasta el sorprendente final de este primer arco de la serie.
Un final que promete nuevas emociones en futuras aventuras de este singular detective, que ya se ha hecho un nombre en la historia del cómic a dentelladas. Y que va a dar el salto a la televisión en una serie dirigida por Stephen Hopkins (Depredador 2, The Reaping), como se anunció en la pasada Comic-Con de San Diego.