Por desgracia, ha pasado un año y la guerra en Ucrania no se ha acabado. El 24 de febrero de 2022, Rusia invadió su país vecino, iniciando un conflicto que ha puesto en jaque a toda Europa y que ha tenido terribles consecuencias, desde los millones de refugiados que han huído del país a las miles de víctimas que han muerto a causa de los ataques. Los efectos de este conflicto han impactado también en ámbitos como la energía, la alimentación y la economía global, que ha vivido un aumento de la inflación como consecuencia de la guerra. 

Después de un año, la guerra parece haberse enquistado. Su evolución sigue siendo incierta y nadie sabe cuál será la resolución del conflicto. El mundo mira con temor a Rusia y a su líder, Vladimir Putin, mientras Ucrania trata de resistir en un conflicto que nos ha traído los peores recuerdos de las grandes guerras europeas del siglo XX.  

Durante estos meses hemos visto como los titulares pierden su actualidad a cada poco en lo relativo a Ucrania y Rusia. El acceso a información verificada es limitado y los titulares, cambiantes. 

Para manteneros informados y poder entender mejor las claves de este conflicto, os recomendamos leer a voces expertas que nos ayuden a entender mejor qué está pasando en Europa Oriental. Especialistas como el medio de análisis internacional El Orden Mundial, cuya visión podemos leer en El mundo no es como crees.; el catedrático de Historia Contemporánea Julián Casanova, de quien podemos leer Una violencia indómita y La venganza de los siervos, Rusia 1917; o el coronel del Ejército de Tierra y especialista en geopolítica Pedro Baños, autor de los libros Así se domina el mundo, El dominio mundial, El dominio mental o su último libro, La encrucijada mundial.

Junto a ellos, repasamos las claves más importantes para entender el conflicto actual entre Ucrania y Rusia, además de recomendar algunas lecturas que también nos pueden ayudar a ello. ⤵️

Origen y evolución de la guerra en Ucrania 

El conflicto de Rusia con Ucrania se entiende en una escala mayor. Si miramos al mapa, Ucrania es la puerta con Europa, un Estado soberano ubicado en Europa Oriental y con un pasado soviético. Se discute por tanto cuál debe de ser su área de influencia: ¿Europa? ¿Rusia y Asia?

Para entender este lugar estratégico que juega el país, os recomendamos una primera lectura clave: Las puertas de Europa, de Serhii Plokhy, catedrático de Historia de la Universidad de Harvard. El libro, todo un referente a nivel mundial, nos invita a conocer el pasado de Ucrania para así poder entender el momento actual que está viviendo el país, escenario central de la última gran crisis de la geopolítica internacional desde el fin de la Guerra Fría.

Precisamente en el pasado recente se producía un episodio especialmente relevante. En 2013 el candidato a la presidencia de Ucrania, Víktor Yanukóvich llevaba en su programa la firma del Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea, un tratado que llevaba mucho tiempo en negociaciones. Cuando Yanukóvich ganó las elecciones, rechazó el tratado con la UE y estrechó relaciones con Rusia para ingresar en la Unión Aduanera Euroasiática. La disputa por las áreas de influencia seguía siendo relevante. 

Así mismo nos lo explican desde El Orden Mundial, «la crisis actual entre Rusia y Ucrania se enmarca en los deseos de Rusia de reordenar, con el acuerdo de Estados Unidos y la OTAN, la geopolítica del este de Europa de manera acorde a sus intereses. Rusia pretende que quede fijado y acordado que posee un espacio de influencia propio (Bielorrusia, Ucrania o el Cáucaso) donde la OTAN y Estados Unidos no se van a inmiscuir. En la práctica supondría que OTAN o Unión Europea renunciarían a integrar a esos países​». 

Sin embargo, en este año hemos visto movimientos de países hasta ahora neutrales que han pedido su ingreso en la OTAN. ¿Cuáles serán las consecuencias de estos movimientos? En el libro ¿Hacia un nuevo orden mundial?, el catedrático y experto en Relaciones Internacionales José María Beneyto dirige a un grupo de expertos para analizar, de forma sosegada y en profundidad, la realidad de la guerra y tratar de despejar todas las dudas que la invasión rusa de Ucrania ha generado en nuestra sociedad.

Invasión es el primer libro escrito desde el campo de batalla. Su autor es Luke Harding, un reconocido periodista que ha cubierto la política rusa y estadounidense, y ha publicado varios libros de no ficción. Harding, corresponsal de The Guardian, nos ofrece una crónica detallada de los primeros días de la guerra, las atrocidades cometidas por el ejército ruso en Bucha y la resistencia del pueblo ucraniano en este conflicto bélico que ha sido el más lacerante desde 1945.

Además, retrata a los líderes de ambos bandos: Vladimir Putin, que se mueve por sus ambiciones imperialistas, y Volodímir Zelenski, convertido en héroe por necesidad. A través de relatos humanos, el libro se convierte en un testigo importante de la historia de esta guerra que ha puesto Europa en jaque y nos ayuda a entender el conflicto con algo de perspectiva. 

Por otro lado, el libro Ucrania: la primera batalla de la Tercera Guerra Mundial nos habla de la situación actual en Ucrania y la creciente tensión entre los países occidentales y Rusia, ya convertida en un conflicto de alcance mundial. ¿Podría ser este el origen de una guerra nuclear? El ensayo especula y trata de responder esta pregunta. Sus autores, Yuri Felshtinsky y Michael Stanchev argumentan que la invasión rusa de Ucrania es parte de un proyecto más amplio de Putin para desestabilizar el actual equilibrio de poder internacional. El presidente ruso quiere crear un eje oriental que dispute la hegemonía estadounidense.

Los expertos también repasan la historia de Ucrania y su lucha por la independencia, y ofrecen reflexiones sobre las verdaderas intenciones de Putin y las posibilidades de evitar que se convierta en un conflicto nuclear. Sin duda, una lectura obligada para aquellos que quieran entender mejor el contexto de este conflicto. 

Un antecedente: la crisis de Crimea 

La guerra de Ucrania tiene un antecedente reciente que vale la pena conocer. En noviembre de 2013 Víktor Yanukóvich finalmente rechazó la integración con la Unión Europea, pese a estar en la agenda ucraniana durante largo tiempo, y las reacciones no se hicieron esperar. En los días siguientes la Europlaza se llenaba, cada día más, de manifestantes y comenzaban las protestas de Euromaidán. Miles de ciudadanos se concentraban para mostrar su descontento y mostrar su apoyo al Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.

Día a día las protestas se intensificaron, Yanukóvich estableció medidas antiprotesta y las barricadas empezaron a protagonizar los informativos. Las manifestaciones se volvieron antigubernamentales, mientras que grupos nacionalistas tomaron edificios como el Ministerio de Justicia y las protestas se radicalizaron y se extendieron a otras regiones del país.

Entre el 18 y el 20 de febrero de 2014, los disturbios se saldaron con 98 muertos, 100 desaparecidos y unos 15.000 heridos. El 22 de febrero el Parlamento de Ucrania decretó que el presidente no podía cumplir con sus funciones, ante la falta de control de la situación, y se convocaron elecciones para el 25 de mayo.

Ganó Petró Poroshenko en la segunda vuelta, con una campaña plenamente pro europea y con la marcada prioridad de sofocar los disturbios del este de Ucrania. La lectura internacional que se hizo, indudablemente, es que Ucrania salía del área de influencia rusa para mirar a Europa y a la OTAN. 

Ante ello, el malestar en algunas regiones ucranianas no dejaba de crecer, especialmente en la península de Crimea, de etnia y habla rusa. La caída de Yanukóvich significó el inicio de una crisis de secesión y el 28 de febrero de 2014 soldados rusos iniciaron maniobras en Crimea.

Tres días después el expresidente Yanukóvich pedía a Rusia el uso de fuerzas militares «para establecer la legitimidad, la paz, la ley y el orden, la estabilidad y la defensa de las personas de Ucrania». Ese mismo día el presidente ruso Vladimir Putin recibió autorización de la Duma para desplegar tropas y tomar el control de Crimea, protagonizando imágenes bélicas que todos tenemos grabadas en la retina.

El 6 de marzo el Parlamento de Crimea aprobó su ingreso en la Federación de Rusia, a la vez que se ponía en marcha un referéndum para que la población decidiera si unirse a Rusia o volver a su anterior estatus como parte de Ucrania. La primera opción triunfó de forma decidida y el 18 de marzo Rusia y Crimea firmaron su tratado de anexión, rechazado de plano en una Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, con el voto de 100 países y con el compromiso de devolver a Ucrania su integridad territorial.

La situación estaba polarizada, de igual forma que estamos viendo con la guerra actual. 


El papel de los Estados Unidos, la Unión Europea y China

A raíz del conflicto de Rusia con Ucrania se ha hablado mucho de una "segunda Guerra Fría", aludiendo a la política de bloques y alianzas que ha propiciado la invasión de Ucrania. De hecho, durante el episodio de 2014 que ya fue una expresión que se vio en los medios. Por un lado, estaba la población ucraniana favorable a la integración en la OTAN, con la Unión Europea y los Estados Unidos como principales actores.

Por otro lado, parte de la población ucraniana miraba a Rusia, con un pasado soviético común y con regiones como Crimea de habla rusa. Sin olvidar que durante la Guerra Fría el conflicto entre Rusia y los Estados Unidos se mantuvo latente durante décadas.  

Episodios como el de Crimea avivan ese recuerdo. Y situaciones como la actual, con un episodio bélico en el corazón del mapa mundial, lo han vuelto a poner de relieve.

En los últimos días, cuando se cumple un año de la guerra, hemos visto un enfrentamiento verbal entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente ruso Vladimir Putin. Se acusan mutuamente de la guerra y aseguran que el final todavía no está cerca. Según Biden, Putin es el responsable de haber hecho regresar Europa a la brutalidad y la guerra en una escala no vista desde la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, Putin culpa a los Estados Unidos y sus aliados por convertir el conflicto en una “confrontación global”, mientras anuncia la suspensión de la participación de Rusia en el último tratado nuclear restante con Estados Unidos.

Con esto en mente, ¿qué lectura debemos darle al presente conflicto entre Rusia y Ucrania? El historiador Julián Casanova considera que se trata de «un aviso serio de que es posible lo que parecía muy difícil, casi imposible, o lejano: que puede darse una guerra entre Estados en Europa, con ejércitos desplegándose, algo que no se veía desde la Segunda Guerra Mundial».

Desde El Orden Mundial tienen claro cuál es la clave que dicta el guión: «La cuestión es que Rusia, para un rediseño regional, está presionando en un punto muy específico (Ucrania) sobre el que Estados Unidos no tiene demasiados intereses. Por esa razón Washington no está demasiado receptivo a las demandas de Rusia, que son tan de máximos que resultan inaceptables para la otra parte». 

Para comprender el papel actual de Rusia y su relación con Occidente, es interesante lo que explica Catherine Belton en su libro Los hombres de Putin. En él, y tras una profunda investigación, desvela la historia inédita de cómo Vladimir Putin y su círculo íntimo, formado principalmente por miembros del KGB, se apoderaron del poder en Rusia e instauraron una nueva liga de oligarcas cuya influencia se extiende por Occidente.

«En todo caso, desde el principio de la crisis era bastante obvio que Ucrania en realidad les importaba muy poco a los poderosos. Tan solo es un instrumento geopolítico. Cuando no les sirve, dejan tirados al país y los ucranianos. Un caso más, que se suma a otros, como Afganistán», afirmaba en sus redes sociales el coronel y especialista en geopolítica Pedro Baños al inicio del conflicto.. Os recomendamos mucho su cuenta de Twitter @geoestratego donde va diseccionando la actualidad. 

 

Así pues, volvemos a lo que comentábamos al principio de este post: la crisis de Ucrania se lee a escala global. ¿Quiénes son los actores implicados y cuáles son sus intereses? Hemos preguntado directamente a El Orden Mundial

«Rusia, por un lado, pretende conseguir de manera formal un espacio de influencia propio. La OTAN o la Unión Europea, aunque no tengan una voluntad activa de integrar a Ucrania por distintas razones, no se cierran a que esta pueda ingresar en el futuro (lo que va contra los intereses rusos). China, por su lado, no está prestando demasiada atención a la crisis porque apenas tiene intereses en esta zona. De lo que Pekín ha tomado nota es de la reacción de Estados Unidos, ya que China tiene problemas parecidos en su vecindario, como es el caso de Taiwán».

El historiador Julián Casanova apunta en una dirección similar: «La Guerra Fría [...] funcionó en un mundo bipolar, difícil de repetir, porque en las últimas décadas han aparecido nuevo actores, que no se reducen a Comunismo y Capitalismo/Democracias. El capitalismo ha cruzado el Pacífico y los nuevos actores asiáticos no se reducen solo a China. Lo más preocupante es la pérdida de peso de la Unión Europea. En todos los conflictos europeos antes de 1945 la disputa territorial y las tensiones nacionalistas/imperialistas fueron factores clave para su estallido. Eso es lo que intentó solucionarse en las décadas posteriores a 1945 y dieron lugar a una edad de oro de la democracia. Lo que está pasando ahora es que vuelven ecos de ese pasado que se creía solucionado».


¿Qué podemos esperar? 

Llegados a este punto nos queda preguntarnos: ¿cuál será el curso de los hechos? Al inicio de la guerra, el punto máximo de tensión era la amenaza de invasión por parte de Rusia. Ahora que hemos superado el primer año de guerra y el conflicto parece enquistado, su resolución parece más lejana y difícil de entrever.   

La predicción de qué sucederá después se hace complicada. Los siguientes movimientos deberán verse en la escala global. Europa y Estados Unidos se han aliado en contra de Rusia para tratar de poner fin a la guerra. 

 Y mientras tanto, en estos meses, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, que dejó una carrera como actor para dedicarse a la política, se ha revelado como un líder firme y valiente. ¿Quién es realmente el hombre que se ha enfrentado a Putin con tanta convicción? En Zelenski: la forja de un héroe podemos conocer un poco más de la figura y la trayectoria del presidente ucraniano. 

Ahora no podemos hacer más que seguir pendientes de los titulares para comprender el alcance de los hechos y observar su evolución. Por nuestra parte confiamos en que el enfoque de los expertos te ayude tanto como a nosotros para entender un poco mejor las coordenadas. Y, por supuesto, los libros pueden ayudarnos también a poner luz a un conflicto mucho más complejo que viene de lejos.

Las coordenadas del conflicto Rusia vs Ucrania 

  • Ucrania, un país con pasado soviético y regiones de habla y etnia rusa, considerado "la entrada a Europa".
  • Rusia y la voluntad de mantener su área de influencia.
  • UE y OTAN, que no claudican a la idea de incorporar Ucrania a su propia área de influencia.
  • El antecedente de Euromaidán, con protestas masivas a favor del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea y resultado violento.
  • La crisis de Crimea, golpe de fuerza de Rusia y anexión de facto de esta región ucraniana.
  • Referéndum en Crimea y voto masivo a favor de su integración en la Federación de Rusia, no reconocida por las Naciones Unidas.
  • China, sin demasiados intereses en la zona, pero con problemas similares en su país (Taiwán).
  • Estados Unidos, sin intereses concretos en Ucrania y por ello no demasiado receptivo a las exigencias de máximos de Rusia.
  • De un inicial clima de Guerra Fría y cruce de acusaciones... al ataque y los bombardeos.
  • Escenario bélico transmitido al mundo vía redes sociales y medios de comunicación.
  • Sanciones estrictas a Rusia 
  • Petición de asilo de la población ucraniana a países vecinos. 
  • Negociaciones Ucrania-Rusia en marcha.
  • Consecuencias en la economía mundial: impacto en el precio del petróleo, el gas y los cereales 
  • Casi 19 millones de refugiados desde el inicio del conflicto
  • Casi 7200 civiles muertos y cerca de 12000 heridos
  • Finlandia y Suecia, hasta ahora neutrales, piden entrar en la OTAN
  • Situación actual: enquistamiento del conflicto  

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