Si todavía no sabéis quién es Jordan B. Peterson, quizá queráis daros una vuelta por su canal de Youtube. Con más de millón y medio de seguidores, sus centenares de vídeos suman más de quinientas horas de charlas y cursos sobre temas tan diversos como la motivación, la regulación de las emociones, el significado de los héroes en la mitología o la representación de la estructura del mundo según la religión.
Sus comentarios y sus clases públicas han ido ganando adeptos en los últimos años, y ha llegado a convertirse en un referente para muchos hasta el punto de ser denominado por el Spectator «el pensador más polémico e influyente de nuestro tiempo».
La polémica es precisamente la característica común de los discursos de este psicólogo clínico y profesor de psicología en la Universidad de Toronto. Una de las que le granjeó no pocas críticas, por ejemplo, versaba en torno a la oposición a la aprobación del proyecto canadiense de ley sobre los derechos de las personas transgénero, una ley que reconoce como incitación al odio la negación de la teoría de género y a la que un sector de la ciudadanía se opuso.
Jordan B. Peterson también es famoso por sus trabajos sobre el poder del individuo dentro de la sociedad. Podemos afirmar, pues, que sus ideas, así como la forma que tiene de comunicarlas, no suelen dejan indiferente a la opinión pública.
Su anterior libro, Maps of Meaning: The Architecture of Belief, analizaba la construcción del significado a través de la concepción de las leyendas comunes en las culturas y su relación con la neuropsicología, el porqué de los mitos y su afectación en la moralidad y en la creación del mundo que conocemos. En su nueva obra, 12 reglas para vivir, intenta descifrar qué es lo que necesitamos para vivir plenamente y nos regala 12 reglas prácticas basándose en un recorrido por la historia que mezcla ciencia y filosofía.
Hemos querido plasmar fugazmente en este artículo cinco de esas reglas que Jordan B. Peterson desarrolla en su libro como solamente él sabe hacerlo. ¡Vamos allá!
Regla 1: Enderézate y mantén los hombros hacia atrás… como las langostas.
La primera regla nos habla de que debemos mantenernos firmes. Utiliza la analogía con las langostas para decirnos que si nuestra actitud es positiva atraeremos cosas positivas. Debemos ser valientes y avanzar sin miedo.
Regla 3: Traba amistad con personas que quieran lo mejor para ti.
La tercera regla nos insta a evitar las relaciones tóxicas. Nos dice que escojamos a nuestros amigos si siguen siéndolo en situaciones de necesidad. También nos habla sobre la conveniencia de averiguar por qué motivo una persona tiene problemas antes de brindarle nuestra ayuda para no malgastar fuerzas inútilmente.
Regla 5: No permitas que tus hijos hagan cosas por las que dejen de gustarte.
La quinta regla deja de manifiesto la obligación de corregir y educar a nuestros hijos de forma correcta y la de ayudarles a socializar, pero también la de soportar en cierta medida sus rabias y sus expresiones temporales de rechazo tomándolas como parte de una etapa.
Regla 9: Da por hecho que la persona a la que escuchas puede saber algo que tú no sabes.
No solo si se trata de alguien a quien escogiste escuchar previamente, sino también en el caso de que surja una discusión. La novena regla nos invita a ponernos en la piel de nuestro interlocutor, a ver las cosas desde su perspectiva y a aprender de sus argumentos.
Regla 11: Deja en paz a los niños que montan en monopatín.
La penúltima regla quizá sea una de las más polémicas. Con «dejar en paz a los niños que montan en monopatín» el autor se refiere a que las diferencias de género son diferencias biológicas y no culturales. Aboga, por tanto, por no impedir ni redirigir las tendencias que él considera naturales en cada criatura.
En este libro, como en sus discursos y conferencias, el autor desafía en todo momento lo políticamente correcto. No en vano lo han llegado a llamar «el intelectual más odiado por la izquierda». Sin embargo, como se ha escrito, Jordan B. Peterson es mucho más que eso. Ha trascendido ese sobrenombre para convertirse en una figura de culto, y su obra, 12 reglas para vivir, ya es un auténtico fenómeno global.