Javi Rey vuelve a publicar en Planeta Cómic tras su maravillosa adaptación de la novela de Jesús Carrasco, Intemperie. Regresa con otra sublime versión de uno gran autor, esta vez de la literatura universal como sería Ibsen y su obra Un enemigo del pueblo.

¿Cómo llegó a tus manos la posibilidad de adaptar la obra de teatro de Ibsen?

Javi Rey: Fue hace mucho tiempo. 2010, creo. Fue antes, incluso, de empezar a publicar como dibujante de la mano de guionistas, lo cual sucedió en 2013. Ya entonces tenía claro que quería escribir mis propias historias, pero no tenía las tablas ni la confianza necesarias, de manera que se me ocurrió que adaptar textos sería una buena manera de aprender. Partir de un texto sólido y bien construido, en el que otra persona ha colocado las piezas de una manera y por unos motivos concretos, y ponerse a despiezarlo y entender cómo lo ha hecho, remangarse para ver cómo explicas esa misma historia con las herramientas del tebeo (qué explico con texto, qué explico con imágenes, cómo gestiono la elipsis y los diálogos) es una gran escuela. Entonces, busqué textos libres de derechos y descubrí el libreto de Un enemigo del pueblo y me estalló la cabeza: un texto del siglo XIX pero que resuena tanto en el siglo XXI.
Pero esto fue en 2010, y mi carrera fue por otro lado y no tuve tiempo. Además, este mismo ejercicio de adaptación pude hacerlo en 2016 con Intemperie. Por lo que, al final, el texto de Ibsen lo adapté en 2020.

¿Cómo fue tu proceso para versionar Un enemigo del pueblo?

Javi Rey: Trabajé durante varios años (quizá cuatro) en paralelo a otros proyectos como dibujante, lo cual me permitió hacerlo con calma y avanzando poco a poco para entender bien el texto y las intenciones de Ibsen, encontrar mi enfoque de la adaptación, conocer bien a los personajes y sus motivaciones...
Fue un reto. Un texto teatral se basa en lo que se dice y el cómic se basa en la imagen (o más bien, en la relación entre lo que se lee en los diálogos o voz en off y la imagen que los acompaña), por lo que sudé de lo lindo. Tuve que diseccionar un argumento basado en conversaciones en un salón dentro de una casa y darle ritmo con cambios de espacio. Entonces aparecieron todas las localizaciones: el pueblo, la casa de los Stockmann, la redacción del diario, el Ayuntamiento, etc. Fue divertido crear un micro universo con su estética propia.
También tuve que reescribir muchos diálogos para poder adaptarlos al nuevo ritmo que había surgido. Otro capítulo aparte, los diálogos: creo que con Intemperie gané tablas en tanto que narrador con imágenes, y en Un enemigo tuve que esforzarme y prestar mucha atención en cómo se escriben los diálogos. En este sentido, mirar con lupa los diálogos de Ibsen fue muy interesante.

¿Tuviste libertad total para hacerlo o tuviste alguna directriz en cuanto a personajes, color, etc?

Javi Rey: Es un trabajo hecho desde una libertad total. Además, debido a que el texto es del siglo XIX, y pese a que creo haber mantenido la esencia de lo que Ibsen hizo, me sentía obligado a aportar mi propia visión y acercarlo más al siglo XXI.
Quise centrarlo todo en la Democracia, en mostrarla como un sistema imperfecto que hay que proteger. Quise centrar el tema también en la importancia de la educación como única forma de entender esto y de formarnos como ciudadanos capaces de vivir en democracia...

¿En qué consistió el trabajo de documentación para recrear las escenas de la historia?

Javi Rey: La historia original transcurre en un pueblo noruego del siglo XIX, pero me preocupaba que, si me ceñía a esta época y su estética, diera la impresión de ser un cómic histórico que hablaba de una época concreta y sus problemas. Mi intención era potenciar el aspecto atemporal y universal de esta historia, de manera que decidí ubicarla en un lugar y una época indeterminados. En mi adaptación, el pueblo podría recordar a cualquier pueblo escandinavo, pero la tecnología y las ropas de sus habitantes intentan recrear una especie de años 30, 40 o 50 de un siglo XX de estética norte americana. No es una época ni un lugar concretos, lo cual, pienso, ayuda a generar este aire de universalidad.

Amenaza ecológica, mentiras políticas y manipulación de la opinión pública…A pesar de estar ambientada en el siglo pasado, ¿la trama se puede trasladar a la actualidad?

Javi Rey: Sin duda. Esto fue lo que llamó mi atención al descubrir el texto. A finales del XIX, la democracia parecía sufrir por los mismos temas que hoy: dirigentes al servicio del poder económico que olvidan el bien común y que usan la desinformación para manipular al pueblo que, dejándose llevar por el miedo, no ve tal manipulación.
Creo que Ibsen fue capaz de montar un argumento que pone el foco de manera muy lúcida en estos problemas. No da soluciones. En el fondo, creo que, al descubrir el texto de Ibsen, lo que pensé fue esto, que esta historia tenía que ser leída también en nuestros días, que, de alguna manera, seguía siendo necesaria.

La portada para la edición española es diferente a la francesa, ¿cómo la desarrollaste?

Javi Rey: Se trata de una ilustración interior que hice para una edición especial de la edición francesa. La hice después de la portada y, cuando empezamos a pensar en la edición española, pensé que sería interesante cambiarla. Creo que la portada de la edición francesa es una imagen que sintetiza bien lo que sucede en la obra de teatro, pero esta imagen que hemos escogido para la edición de Planeta, es un mejor resumen de lo que sucede en mi adaptación.


 

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